Septiembre y octubre (II)

Convocantes_9-S

El domingo 9 de septiembre viajé a Barcelona para participar en la manifestación convocada por el empresario José Manuel Opazo y 46 organizaciones civiles, que recorrió el Paralelo hasta la Plaza de España y culminó en la avenida de la Reina María Cristina con parlamentos, claros y comedidos, de los organizadores.


Por cierto, Opazo había pedido que los ocupantes del bus que viajó desde Madrid toda la noche le llevásemos una bandera de nuestra Comunidad firmada por todos. Me tocó coordinar ese (merecido) obsequio y se lo entregué en mano con mucho gusto por ambos.
No presencié el conato de incidente que se produjo porque algunos separatistas intentaron reventar nuestra manifestación pero sí pude presenciar algún insulto desde algún balcón separatista… aunque también cómo un par de familias desde sus respectivos balcones agitaban la bandera nacional para animarnos. Por supuesto, en las fachadas del Paralelo ganaban por goleada las banderas y lazos separatistas, por lo que tiene mucho más mérito esas seis banderas nacionales que conté a lo largo del recorrido.
Como siempre, guerra intencionada de cifras de asistentes y dificultad para acercarse a la más objetiva: ¿50.000?
Ayer también había manifestación en Barcelona, convocada por Hablamos Español, una plataforma que nació como Galicia Bilingüe y que ha extendido su lucha a toda España… aunque hay que decir que con demasiado esfuerzo (a mí me ha costado mucho completar un pliego de 50 firmas que entregaban a las primeras personas que firmamos para que buscásemos más solicitantes de una ILP con una petición tan respetuosa y elemental como que el español tenga igualdad de trato, en las comunidades autónomas con dos lenguas oficiales). No pude asistir en persona y he seguido desde Madrid cómo se desarrolló: he visto la provocación montada por los CDR que, ilegalmente y con la solapada ayuda de los mossos, han ocupado la plaza de Sant Jaume para impedir violentamente que concluyese allí la manifestación de Hablamos Español con las intervenciones convenidas en una plataforma montada al efecto. Por supuesto, los organizadores habían obtenido previamente las autorizaciones pertinentes.
Cada vez se hace más necesaria la participación, en una u otra forma, en estas movilizaciones, pero, sobre todo, necesitamos reflexionar para entender y calificar bien la situación. Yo creo que al analizar la situación actual en Cataluña tenemos que partir de tres hechos cada vez más evidentes: 1. El “procés” ha estado siempre tolerado y financiado por el Gobierno español: 2. El “procés”, por sus objetivos y sus medios, evoluciona en un sentido claramente fascista (racismo, xenofobia y agit-prop violenta); 3. Por las causas que espero se descubrirán algún día (cobardía enfermiza, alta corrupción económica, sumisión a poderes fácticos, internos o externos, antiespañoles…) el Gobierno español, el de antes y el de ahora, colabora, por activa o por pasiva, con los secesionistas, “dialogando” con ellos y haciendo simulacros de represión del golpe de Estado (“a cámara lenta!”, Alfonso Guerra dixit) que, en realidad, sostienen el «procés» y dan oxígeno al enemigo cuando este flaquea. Cada vez está más claro que la aplicación falsaria del 155 y la convocatoria apresurada de elecciones, fue una clara ayuda al victimismo, una complicidad con los fugados y un fortalecimiento de todos los órganos de agit-prop montados –con dinero público– por la Generalidad de Cataluña.
Como consecuencia de todo ello al menos la mitad de la población catalana se siente abandonada por el Gobierno y mucha opinión pública internacional va viendo esto como un conflicto entre partes equivalentes. También es natural que mucha parte de la ciudadanía española, al ver la pasividad, la «conllevancia» del Gobierno, no considere que la situación es altamente crítica. Por mucho que los tribunales y la Jefatura del Estado se posicionen frente al secesionismo y por mucho que los ciudadanos nos echemos a la calle con banderas y consignas patrióticas, si el Gobierno de España no cambia, radicalmente, de política y se decide a aplicar el artículo 155 de la Constitución –con toda contundencia y sin miedo a emplear la fuerza necesaria– para suprimir la autonomía todo el tiempo que sea necesario en Cataluña, hay que temer que el “procés” se extenderá con más fuerza en los “países catalanes” y en el País Vasco y será cada día más violento, más destructivo y de resultado más incierto.

Mossos_independentistas

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