Un mundo complejo

2017-04-13_1236Estos días estoy recibiendo muchos mensajes de mis «amigos de Medjugorje». Están promocionando un nuevo viaje al Santuario de Bosnia y Herzegovina (450 euros el viaje en grupo y si alguien quiere ir por su cuenta, en la zona, ya plenamente turística, de Herzegovina-Neretva, puede encontrar hoteles por 30 euros día…). Me gusta discutir, amistosamente, con ellos sobre su entusiasmo religioso, puerilmente honesto (según mi opinión, claro). Y para buscar lugares de encuentro dedico algunos ratos a mantenerme informado.

Buena ocasión estos días de Semana Santa, con procesiones en la calle y en los medios, reportajes y discursos especiales. Me esfuerzo por encontrar argumentos, en no caer en el maniqueísmo, en comprender, desde mi ateísmo respetuoso, este mundo cristiano que nació en la periferia de nuestra civilización hace 20 siglos y que constituye uno de los tres pilares de esa civilización. Un mundo ideológicamente dominante (según algunas estimaciones, un tercio de la Humanidad sigue, de una u otra manera, esta religión) pero con graves crisis de militancia y participación; e ideologícamente contradictorio (sustentado en una verdad absoluta e inmutable… no ha conseguido, en 2.000 años unificar las distintas tendencias: católicos, ortodoxos y protestantes); un mundo espectacular, dogmático y mágico al tiempo (esa Basílica de San Pedro, y los miles de templos por todo el mundo que se miran en él, como inmenso y lujoso escenario, esas misas crismales…); un mundo contradictorio y doloroso para muchos creyentes (se reclama la pobreza y la humildad, la empatía con los débiles, pero el Vaticano es una de las potencias mundiales y contrario a cualquier intento de «teología de imagesla liberación» o similares), un mundo supremacista (sobre todo los ortodoxos y los católicos cuyo modelo es blanco, masculino, predilecto del Creador…). Un mundo, en suma, tan humano, tan representativo de una especie que lleva milenios sobreviviendo como puede (como cualquier otra especie) pero, además, (como ninguna otra) lleva todo ese tiempo intentando comprender, intentando explicar todo cuanto nos rodea y, sobre todo, explicarse a sí misma. Un mundo, en conclusión, que no puede ser ignorado o menospreciado ni, mucho menos, prohibido, aunque tantos revolucionarios de salón, progres de etiqueta y «eruditos a
la violeta» se obstinen en ello.

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2 respuestas a Un mundo complejo

  1. josé Gustavo Catalán dijo:

    Magníficamente expuesto. Muchos necesitan del más allá (sea cual sea y se llame como se llame el constructo) para sobrellevar? el más acá…

  2. librosyabrazos dijo:

    Cierto, Gustavo, por eso hay que insistir en el respeto a todas las creencias… Y muchas gracias por participar en mi blog.

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