(Con RC)
El editor de libros (Genius), Michael Grandage,
Reino Unido, 2016, guion de John Logan
(libro: A. Scott Berg); música de Adam Cork, fotografía de Ben Davis; principales intérpretes: Colin Firth, Jude Law y Nicole Kidman.
Buen filme que nos relata la relación del celebre editor Max Perkins (Colin Firth) con uno de los grandes escritores norteamericanos, Thomas Wolfe (Jude Law) en el contexto de unos EE UU en desarrollo económico, ebullición social, crisis de todo tipo. Un país con masas de población heterogénea, con sus dramas personales entrelazados, moviéndose en ciudades arracimadas, con cielos abiertos y sucios charcos… Un mundo subyugante, mágico, intenso, un mundo para escritores como Wolfe, Scott Fitzgerald, Faulkner, Heminguey… necesitados, para desarrollar su obra, de cocheros, de secretarios, de publicistas, de psicoanalistas, de enfermeros… que todo eso es labor de un buen editor –Véase mi famoso opúsculo «24 horas (y 24 gorros) en la vida de un editor»– y, sobre todo, de amigos; amigos capaces de comprender la difícil personalidad del artista, que quiere deconstruir y reconstruir el mundo.
La película refleja muy bien, a través de esta historia concreta y con un excelente lenguaje cinematográfico (el cine, ya sabemos, en un arte que reúne y combina diversas expresiones artísticas pero es también una industria, capaz de poner al servicio de la obra, y su difusión, recursos ingentes), la compleja, la mayoría de las veces mutuamente enriquecedora y en ocasiones tormentosa relación entre el creador y su editor.
Hermosa profesión esta de colaborar en la tarea superior de los creadores… Como digo en el tuit que tengo fijado en Twitter: «Oficio de editor: encontrar, enriquecer, embellecer, fijar, proteger, divulgar la obra de los creadores.»
Hacía tiempo que no disfrutaba tanto en el cine.
De la película destaco la dirección, la ambientación, la música, la fotografía y la excelente interpretación de Colín Firt (como el editor Max Perkins). Llega a conmover sin necesidad de palabras. Sus gestos hablan magistralmente.
El guión, duro.
La locura y el desagradecimiento producido por el orgullo que el éxito genera, frente a la madurez y humildad del hombre sabio, seguro y cabal.
Momentos especialmente intensos y, en general, buen ritmo.
La película muestra la compleja labor del editor, que suele quedar atrás, dejando paso y encumbrando a quien ha convertido en genio.
(Me parece un tema interesante que merece comentarios de quien la haya visto)
Muchas gracias, María Rosa. Un complemento muy estimulante a mi entrada. Tienes razón al pedir que vengan más comentarios de quienes la hayan visto.
¡Hola, José María! Yo no la he visto, pero con tu fantástico texto me has dado ganas de verla 🙂 Un abrazo!
¡Sí, vela, merece la pena!