A pesar de que el Diccionario de la Academia define chiringuito escuetamente como «Quiosco o puesto de bebidas al aire libre.» (y para Canarias «Chorrito menudo») y Wikipedia en español indica que «el término chiringuito en España se aplica a un negocio o empresa que actúa de forma turbia o en economía sumergida.», mucha gente, entre la que me incluyo, además de esas acepciones, considera que chiringuito puede aplicarse también a ese tipo de construcciones políticas o sociales donde con nombres muy atractivos y estructuras simuladas se consigue atraer (y manipular) a muchas personas como activistas o «clientes» que alimentan, por activa o por pasiva, el negocio real que se esconde tras el «chiringuito». Así algunas organizaciones no gubernamentales, algunas asociaciones sociales y culturales y hasta algunas organizaciones religiosas o políticas. También en el mundo del pensamiento, del trabajo universitario, del Arte y la Cultura. Improvisación, simulacro, ausencia de rigor científico o moral, superficialidad, referencias combinadas (tú citas elogiosamente las actividades y aportaciones de mi chiringuito y, a cambio, yo hago lo mismo con el tuyo)… ¡Chiringuito! Pero frente a ello, muchas personas, en su campo, en su actividad profesional, actúan de forma totalmente diferente. En el campo del pensamiento, de la actividad intelectual, en la Universidad, trabajan paciente y sistemáticamente, con rigor científico y moral, rechazan los chalaneos académicos y los intercambios espurios, profundizan en el conocimiento: así construyen un sistema, aportan ideas nuevas y corrigen otras viejas, ayudan a la sociedad a mejorarse. Así Gustavo Bueno, cuyo entierro hoy en Santo Domingo de la Calzada ha sido especialmente emocionante, nos ha dejado su sistema filosófico, su inmensa obra.*
*. La revista Aprender a Pensar tiene información sobre el pensamiento de Gustavo Bueno: https://revistaaprenderapensar.wordpress.com/2016/03/23/nuevo-numero-aprender-a-pensar/