Perdonar al franquismo

(Para C.S., D.P. … y otros amigos con los que he discutido esta cuestión)

Francisco_de_GoyaEl 20 de noviembre de 2015 puse en mi muro de Facebook un enlace al texto de ese mismo día en este blog «40 años» con la siguiente entradilla: «“Franco ha muerto”… hace 40 años. DEP. Y nosotros, que estamos vivos, aprendamos de la Historia.» Este texto  no tuvo ningún comentario en el blog pero en el Face y directamente sí recibí algunas críticas que me dolieron personalmente y algunas otras que me reconfortaron. Respondí a todas ellas lo mejor que supe pero me propuse volver sobre el tema con más argumentos. Ahora lo hago (sin cerrar definitivamente la cuestión) aprovechando otra efemérides significativa como es el octogésimo aniversario del comienzo de la guerra civil.
Mi texto en el blog terminaba con este resumen: «Franco y su régimen murieron hace 40 años. Pero aquella etapa de nuestra historia no puede despacharse de forma simplista.» Para no despacharlo de forma simplista, creo que hay que comenzar por afirmar sin ambages que, siempre en mi opinión, el franquismo (como régimen político, como ideología cerrada, como realidad social) es ya meramente un hecho histórico… que se cerró el 6 de diciembre de 1978, con la aprobación por el país de una constitución democrática, y las leyes que de ella se derivaban (la famosa Transición, que tanta admiración causó en los países de nuestro entorno), aunque muchos no supiéramos verlo en ese momento y tuviéramos que aprender sobre la marcha a vivir en el nuevo régimen. Pero también, hay que reconocer que, paradógicamente, nos encontramos con un antifranquismo vigente, operativo, en grupos e individuos que lo mantienen y airean contra todo sentido común.
Si ese antifranquismo está motivado por la ingenuidad o falta de comprensión de la historia o por no haber podido superar las heridas recibidas por el antiguo régimen o como consecuencia de la lucha contra él y
las personas que lo mantienen viven en el dolor o en el rencor (o en ambos sentimientos), si ese antifranquismo, insisto, es por estas causas, hay que ser comprensivos y respetuosos… y decirles que nada mejor para salir del dolor o del rencor que perdonar. Perdonar para comprender, para comprender al enemigo pero también a uno mismo, para entender los intereses e ideales de todas las partes, para poder analizar las causas y la consecuencias. Perdonar al franquismo para perdonar a España (esa Madre España, según el hermoso poema de Miguel Hernández),  a su historia, con muchas sombras (como todos los países) pero plena de luces; perdonar para perdonarnos, para no seguir alimentado la terrible idea de las dos Españas que, si tuvo justificación hace un siglo, debe ser erradicada con plena determinación, con todas las consecuencias…

Pero sobre todo, es necesario, perdonar al franquismo para desenmascar a ese
antifranquismo hipócrita, interesado, alimentador de odios y revanchas, partidario de apoyar a cualquier movimiento disgregador y destructivo, como los separatismos y los populismos (corrupción y demagogia en su forma más peligrosa), que no dudan en manipular la historia y la realidad presente para conseguir sus ambiciones.
Perdonar, pues, al franquismo para no vivir en el pasado, para no repetir sus errores,
para aprender tanto de la derrota como de la victoria, para poder afrontar lúcidamente los nuevos problemas, para seguir avanzando, para que la reconcili2016-07-18_1104ación nacional, que hace 60 años podía parecernos una maniobra táctica o una utopía, pero que ha resultado ser la causa y el efecto del nuevo régimen democrático, sea aceptado por todos como un hecho cierto que ha cerrado definitivamente, y con todas las consecuencias, una etapa especialmente dramática de nuestra historia.

Nueva Generación: por la reconciliación nacional de los españoles Año I Número 1 . 1958 febrero 1

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18 respuestas a Perdonar al franquismo

  1. Entiendo tu postura de conciliación, pero creo que para perdonar se deben, primero, cerrar heridas. Porque es posible perdonar, pero no olvidar. Porque hasta que en este país no haya una Ley de Memoria Histórica decente, como la hay en Alemania o en Argentina, el franquismo seguirá siendo una herida abierta. Porque son muchas las personas que tienen seres queridos abandonados en las cunetas. Porque en la España profunda todavía se encuentran tiendas de carretera con merchandising franquista y monumentos que ensalzan a “los caídos por Dios y por España”. Estos caídos ya han sido homenajeados sobradamente, pero no ocurre lo mismo con los caídos republicanos. En la posguerra, se diferenciaba entre los “gloriosos caballeros mutilados” y los “putos cojos republicanos”. Conciliación sí, pero justicia y reparación, primero. Que en España se ven y se oyen cosas que escandalizarían en Alemania o en otros países que sufrieron dictaduras.

    • librosyabrazos dijo:

      Gracias por aportar tu criterio, Marina, que, por supuesto, respeto aunque no lo comparto… Yo creo que, por muchas injusticias que queden por reparar (¿Ha habido algún país, alguna sociedad, alguna época donde no se hayan producido graves injusticias?), tenemos que evitar que prevalezca una ideología que divide la sociedad en dos partes irreconciliables, que intenta establecer «cordones sanitarios» y otras formas de maniqueísmo.

  2. Cons dijo:

    Muy de acuerdo con Marina.
    Que se les pregunte a las víctimas del Franquismo y a l@s muert@s de la cunetas y los cadáveres robados que están en el Valle de los Caídos a ver que opinan.
    Para perdonar alguien te tiene que pedir perdón y en este caso nadie lo ha pedido.
    Es muy simplista creer que el Franquismo ha muerto porque votamos cada 4 años…, no, no, no señor Director, el Franquismo desgraciadamente no ha muerto nunca, está en algunos casos escondido, camuflado, en otros descaradamente presente, pero nunca muerto.

    • librosyabrazos dijo:

      Gracias por participar, Cons. Veo que sigues empeñada en negar la reconciliación nacional y la transición. Como creo que lo haces convencida, respeto tu actitud aunque no la comparto, por supuesto. Te sugiero que leas el magnífico reportaje de «El Mundo», que puse ayer en Facebook, «Los hijos de la reconciliación».

  3. Ignacio. dijo:

    José María, participo del espíritu de tu artículo. No podemos mirar para atrás de manera permanente. Y menos con rencor por más que nos duela el cainismo de aquellos que también son nuestros. Porque ese rencor nos hace daño y hay que mirar hacia adelante. Pero sí, conviene que haya una ley justa y un sistema educativo que cuente sin ambiguedades. Por ninguna parte. Para que no se vuelva a repetir. Triste historia la nuestra, siempre a estacazos. Un abrazo.

    • librosyabrazos dijo:

      Gracias por participar, Ignacio. Es verdad que tenemos una larga historia de estacazos entre hermanos (maravillosa la pintura de Goya) pero tenemos que conseguir superar esa historia. Y tienes toda la razón al señalar la Educación como cuestión clave.
      Abrazos.

  4. Emilio Miranda dijo:

    Pues yo creo que lo de los muertos en las cunetas es una excusa para mantener el tema candente y para exasperar a quienes quisieron pasar página. Los que buscan a sus antepasados son muy pocos y por motivos legítimos (casi siempre), pero que ahora no pueden interpretarse como que siguen las heridas abiertas. Ponerse a buscar el cadáver de alguien enterrado hace 80 años no debe servir para decir que vivimos con herederos franquistas. El asunto empieza a parecer un poco más de tipo histórico que sentimental.
    Una cosa del post que me ha encantado es la de intentar ponerse en la piel del otro para ver qué utopía soñaba. Porque salvo algunos hdp y de los separatistas, que seguro que había en los dos bandos, la mayoría quería lo mejor para su país. Lamentablemente en aquel momento de la Historia (de la occidental, so sólo de la de España) el conflicto resultó inevitable. porque los desequilibrios entre unos y otros no se habían resuelto con un concepto más moderno como la socialdemocracia o las coberturas sociales.
    Finalmente, no admitir los progresos de la dictadura (aunque se eternizó y fue una pesadez) en cuestiones económicas y también sociales, es un error. En algunos aspectos la protección social era superior a la actual.
    En fin, los jovenes que siguen envenenados con el franquismo creo que deben pasar página.

    • librosyabrazos dijo:

      Gracias por participar, Emilio. Llevo, en efecto, muchos años intentando comprender aquel régimen político que surgió de una terrible guerra civil y no menos terrible posguerra… porque eso también me ayuda a comprender a los que luchamos contra él. Mi conclusión es sincera (y espero que acertada): no podemos seguir viviendo en el maniqueísmo; tenemos que perdonar/nos . En ese sentido, el reportaje de «El Mundo» («Los hijos de la reconciliación») que puse en Facebook ayer me parece especialmente esclarecedor. Ojalá lo lean muchos de esos jóvenes que no han sido capaces de pasar página.

  5. Tu propuesta, José María, no debería caer en saco roto.

    De algún modo hay que comenzar ese perdón. No podemos quedarnos pendientes de que alguien pida, o de una legislación venga a cerrar heridas.
    Comenzar con el trabajo de derribar las barreras interiores que, según Monbourquet (“Cómo perdonar: perdonar para sanar, sanar para perdonar”Ed. Sal Terrae), nos impiden iniciar el proceso de perdón, sería una verdadera novedad, un auténtico cambio. Sería la demostración de la grandeza de un sector de la sociedad de este país, que lleva demasiados siglos paralizado, enganchado en esa grieta que lo divide.

    Si echamos un vistazo al libro “Los ojos del otro”, que narra los encuentros de víctimas de ETA con sus victimarios, podemos ver que el proceso se inicia independientemente en cada uno de los actores. Saber que la víctima desea una reconciliación es motor de esa petición de perdón en muchos casos. No en todos, por supuesto. Pero si no comenzamos a dar un paso, es muy posible que la Historia vuelva a pasarnos factura por las cuentas que no supimos saldar de forma humana.

    La Humanidad necesita más dosis de perdón; estamos viendo que cualquier otra fórmula genera más violencia.

    Tomar la iniciativa del perdón es una opción creativa que no deberíamos desaprovechar.

    • librosyabrazos dijo:

      Gracias por tu apoyo, Ana. Veo que tú también estás preocupada por la cuestión y que te documentas y piensas en ello. No es fácil, pero tenemos que superar tanto cainismo como hemos soportado. Un abrazo.

  6. Eugenio dijo:

    Perdonar, sí, olvidar ¡nunca!, no sea que vuelva a ocurrir. También es verdad que no tengo ningún ser querido en una cuneta, así que debo modificar añadiendo que de tenerlo, quisiera poder cumplir con lo dicho arriba.
    Fuerte abrazo,
    Eugenio

    • librosyabrazos dijo:

      Gracias, Eugenio, por intervenir en este apasionante debate. Hay dos frases de Mandela (ayer se celebraba, por acuerdo de Naciones Unidad, el Día Internacional de Nelson Mandela) que me parece oportuno reproducir aquí: «No puedo olvidar, pero sí puedo perdonar». «El perdón libera el alma, elimina el miedo. Por eso es una herramienta tan poderosa.»
      Un abrazote.

  7. Ana dijo:

    Mi querido José María……Marina escribe como piensa y siente, Constanza, menos apasionada, pero con las mismas ideas. Y yo, ya sabes como pienso….! Lo cierto es que después de Adolfo Suárez, la democracia, esta horrorosa democracia, nos está dejando mucho peor que la dictadura de Franco, los corruptos abundan por doquier…y mas mucho mas! También el tema de la Memoria Histórica hace que el franquismo esté valorado y los “demás” por las cunetas….

    Las heridas no se curan así.

    • librosyabrazos dijo:

      Por supuesto, querida Ana, es estupendo que todos nos expresemos de acuerdo con nuestros sentimientos. Ya sabes que una de mis máximas es «Osar pensar, osar hablar, osar actuar.» (Mao dixit) Y no creo que haya que ser tan pesimistas: nuestra democracia, como todas, está llena de defectos… pero no creo que se pueda calificar de «horrorosa»: yo la prefiero, por completo, al anterior régimen, donde la rebeldía contra las instituciones injustas te podían llevar a la cárcel… o a sitios peores. Y estoy convencido de que debemos cuidar este régimen, el menos malo que hemos podido darnos, ayudar a mejorarlo en lo que podamos… y pedir a los jóvenes que lo respeten y valoren.

  8. Cristina dijo:

    Comparto plenamente tu artículo. En mi familia, por parte de padre, hubo quienes defendieron sus ideales de un mundo mejor en los dos bandos. Luego conocí a mi suegro, que pasado el tiempo me contó cómo vivió encerrado en un barril un año y fue fusilado falsamente dos veces. Era sacristán en Mieres y no estaba bien visto ser tan religioso. Jamás condenó a nadie, de él aprendí el verdadero significado de la palabra perdón. No le gustaba hablar de aquella guerra, ni del franquismo que luego también le hizo de las suyas. Para contarme esa parte de su vida, tuve que cogerlo en una hora “tonta”. En su familia también militaron en los dos bandos.
    El perdón es necesario a nivel social, pero sobre todo a nivel personal, porque si no malgastamos las energías que necesitamos mirando hacia atrás y no en lo que deberíamos: en construir un futuro más justo, más solidario, para todos.
    No olvidemos lo que no hicimos del todo bien, aprendamos de nuestros errores y de los de las generaciones pasadas, pero sobre todo no dejemos que nos manipulen obligándonos a mantener abiertas heridas, que en la mayoría de los casos estaban cicatrizadas. Mi suegro siempre sonreía, debía ser porque perdonaba siempre.
    Gracias

    • librosyabrazos dijo:

      Muchas gracias, Cristina, por tu emocionante testimonio. La verdad es que, salvo raras excepciones, veo mucha más ira en algunas personas de las siguientes generaciones que de las que sufrieron directamente la guerra civil. Mi padre también estuvo a punto de ser fusilado (lo contaba mi madre; él, no) y gracias a que se salvó nací yo dos años más tarde… Yo creo que podemos ser optimistas: al final, la reconciliación señoreará toda nuestra vida social y la individual.

  9. José Manuel Gutiérrez González dijo:

    Me impresiona y a la vez me perturba que éste siga siendo un tema tan candente después de tanto tiempo.
    Creo que las personas que lo han sufrido en mayor medida son las más abiertas al perdón (te tomo como referencia)

    • librosyabrazos dijo:

      Gracias, José Manuel. Es muy importante que las personas mayores, sin pretender condicionar a las nuevas generaciones, os ofrezcamos nuestra experiencia que es, quizá, lo más valioso que tenemos… Si lo pensamos bien, es esta combinación de la experiencia de la madurez (y la vejez) con el impulso vital de la juventud lo que puede hacer un poco mejor nuestra sociedad. Así que, en este caso, la referencia es mutua.

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