6/12 de junio de 2016

Lunes
Comida en Parla (estupenda) con Ana y discusión sobre la situación política. Es una pena que tenga tan poco tiempo (y tan poca energía) para escribir más sobre los graves problemas que hay en nuestro país… A ver si puedo hacer un esfuerzo de aquí a las Elecciones del día 26. 
Visita en su casa a mi hermano, cuidado con plena dedicación por Asun y Mariasun. Aunque la preocupación persiste, parece que mejora.
Emotiva conversación en la Feria con Blanca Cambronero sobre mi amistad con su padre.

Martes
La entrada de hoy en el blog («Mi pacto con UPyD») ha despertado cierto interés entre mis allegados pero nadie de UPyD se ha dado por enterado. Después de la Feria hemos ido a tomar unas cervezas Ana y sus amigas Violeta y Alicia, Elisa y yo. Discusión sobre Podemos; me reafirmo en la definición que he dado de las bases de Podemos: «una base mezcla de funcionarios y clases medias frustrados, jóvenes ilusos y gentes del común embobados por la verborrea de Pablo Iglesias».

Miércoles
La Feria sigue muy floja… y yo, muy cansado. Babel (Alejandro González Iñárritu, EE UU, 2006) en Telemadrid. La vi entonces. Los débiles participan de las torpezas humanas pero sufren de forma desmesurada las consecuencias… Tomé de Bertrand Russell, como uno de los cuatro lemas de mis «Memorias» (en preparación) la frase que abre su Autobiografía (cito por Wikiquote): «Tres pasiones, simples pero abrumadoramente fuertes, han gobernado mi vida: el anhelo de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por el sufrimiento de la humanidad.»

Jueves
Hace algunos años volví a casa desde el herbolario de la calle Pelayo (cerca del histórico edificio de la SGAE, donde había trabajado a finales de los cincuenta del siglo pasado), y una de las cuatro cosas que había comprado despareció. Recordaba perfectamente cómo la dependienta había metido las cosas en una bolsa (y lo confirmé llamando por teléfono al Herbolario), cómo yo las había llevado a casa sin ninguna posibilidad de que se perdieran por el camino y sacado de la bolsa y puesto sobre la mesa del salón… pero, pocos minutos después, una de ellas no aparecía. Estaba yo solo y miré concienzudamente por toda la casa donde podía haberlo puesto por despiste, incluyendo el cubo de la basura; era un paquete pequeño pero no tanto como para caerse bajo una estantería o en algún hueco raro (aunque también miré allí)… El paquete nunca apareció aunque yo lo busqué obstinadamente durante bastante tiempo y yo pensé entonces que sería bonito tener un duende dentro de la casa, un duende travieso que me escondiera algunas cosas… aunque también jugué con la idea de que quizá era un aviso de la posible visita del doctor Alzheimer, que ya entonces era muy famoso, pero la explicación más razonable es que el tipo de vida que llevamos, el famoso estrés, produce esos despistes… Alguna situación parecida ha vuelto a darse y la explicación más razonable es el estrés… pero últimamente, quizá por casualidad, se están repitiendo demasiados «despistes». Por ejemplo, en 15 días he perdido dos veces la llave del coche (¡reponer la copia de seguridad me cuesta 55 euros!) y hoy me he dejado las llaves de la casa puestas en la puerta después de cerrar (aunque una vecina las ha recogido)… Habrá que estar alerta porque el estrés controlado es nocivo pero descontrolado puede ser letal.

Viernes
En Getafe, en la Fundación Centro de Poesía José Hierro, en un homenaje al poeta, dirigido por su nieta Tacha. En la Feria me visita Anaïs y luego la acompaño a saludar a Aynara, que está preciosa, y a Ana Cristina, que está firmando en una caseta. Parece que están muy contentas de cómo les va su editorial (Libros de las Malas Compañías).

Sábado
Jornada de muchas emociones. Una persona que me deslumbró cuando niña en el Concurso Escolar de Lectura en Público (que presidí durante 11 años), que luego estuvo colaborando en la Editorial y que más tarde «desapareció», apareció, convertido en un muchacho con barba, en la Feria hoy, saludó a Ramiro de Sílex, cuya caseta está pegada a la de Ediciones de la Torre, y le dijo que no quería saludarme a mí[Np]. Luis Cárcamo me regala su preciosa edición de Tao Te King. Luisa Steglich ha venido con su hija Elsa, de pañales, que se ilumina cuando yo le pregunto por su hermano mayor, Diego. Julio Mayol firma (bastantes) ejemplares de su libro La guardia del doctor Klint; conversamos sobre la necesidad de exigir vocación sincera a las personas que se dedican a la sanidad (o a la docencia) y sobre el problema de la soledad de los longevos cuando todos sus contemporáneos cercanos han fallecido. Varias personas adultas señalan los ejemplares de Alba y Mayo Poesía como los libros predilectos de su infancia… y alguno compra algún ejemplar para tenerlo otra vez nuevo. Conversación muy interesante con Marta, amiga de Lucía, que ha ayudado alguna vez en la caseta sobre la maternidad: insisto mucho en que es fundamental que jóvenes de ambos sexos vean como algo fundamental tener hijos aunque eso conlleve la renuncia a cierto nivel de vida; le gusta mucho mi formulación de que lo fundamental no es tener sino ser. Tres muchachas de cuarto de ESO curiosean el libro de Recuerdos de la viuda de Miguel Hernández y, cuando les hablo del poema que Miguel le dio a Josefina subrepticiamente, la primera no recuerda nada de lo que estudió sobre Miguel Hernández y la segunda acepta leer el soneto que está en la antología para niños y jóvenes: «Ser onda, niña, oficio es de tu pelo / nacida ya para el marero oficio […]»; le gusta tanto que compra el libro; es emocionante ver que, 90 años después, el poema que un muchacho escribió para intentar un noviazgo es poesía universal, gran poesía.

Domingo
Al fin acabó la dura Feria del Libro… Mañana será otro día.

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