«La Patria, Españoles, no debe ser ya un nombre vano y vago para vosotros: debe significar en vuestros oídos y en vuestro corazón el santuario de las leyes y las costumbres, el campo de los talentos y la recompensa de las virtudes». Manuel José Quintana
¡Honor a los hombres patriotas y constituyentes que, enfrentándose a la tiranía de dentro y de fuera, a la ignorancia y el oscurantismo, supieron integrar generosamente su provecho personal en el de la Nación! ¡Honor a cuantos, desde su posición social, supieron combinar ideales e intereses para buscar el bien común! ¡Honor a pesar de sus limitaciones y errores (es muy difícil encontrar otro periodo de nuestra ya milenaria historia donde la clase política esté a la altura de las circunstancias y donde, ante graves peligros y dificultades, sus miembros se crezcan y culminen su tarea política de avanzar sin caer en el abismo, elevarse sin pisotear a los débiles y abrir horizontes que puedan orientar a las siguientes generaciones en la lucha eterna por la Libertad y la Justicia)!
¡Reconocimiento a cuantos, desde posiciones dispares o imprecisas, supieron sumar su esfuerzo a un objetivo superior!
¡Gratitud a los que lucharon y sacrificaron o pusieron en grave riesgo su vida y su hacienda, su libertad, y resistieron los embates del absolutismo hasta derrotarlo!
¡Comprensión a cuantos, abajo, en medio o arriba, a izquierda o derecha, se equivocan por ignorancia o torpeza… pero desprecio a los miserables que, para defender sus privilegios de parásitos, roban, abandonan sus deberes, traicionan sus juramentos, mienten y engañan a los ingenuos y, cuando son descubiertos, se agazapan y fingen arrepentimiento esperando la ocasión de volver a su actividad corrupta!
¡Orgullo de tener una patria hermosa que, a pesar de sus defectos y de todas las leyendas negras, puede parangonarse con las mejores del mundo y de la historia, y que en los momentos críticos sabe encontrar, en medio del drama, una salida hacia la alegría!
¡Advertencia a cuantos quisieran olvidar, negar o tergiversar la historia: España tropieza muchas veces pero se levanta y sigue avanzando! ¡Así fue y así será!
Pues deberíamos iniciar otro proceso constituyente, recuperando cosas buenas de la Constitución de la República y adaptándolas al siglo XXI.
Gracias por leerme, Jorge. Me dan un poco de miedo los procesos constituyentes pero si vamos en serio (y lo comenzamos por una profunda autocrítica) me apunto.
Un abrazote,
JM