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¿En qué momento se enamoran Francesca y Robert (Los puentes de Madison, Clint Eastwood, EE UU, 1995, por enésima vez en la TV, en esta noche, TeleMadrid), en qué instante intuyen/comprenden que el mundo, el entero universo, se desarrolla a partir de las dos fuerzas fundamentales, opuestas y complementarias (lo femenino y lo masculino, el yin y el yang según la filosofía taoísta, que se encuentran en todas las cosas), y que esas dos fuerzas se necesitan y se buscan vehementemente, a partir de lo cual se generan tremendos problemas pero maravillosas unidades, la Creación entera?
¿Cuando cruzan sus miradas la primera vez y el alma de cada uno busca la del otro? ¿Cuando él le dice a ella que se bajó del tren en Bari, Italia (donde ella había nacido y donde conoció a su marido, soldado norteamericano), simplemente para contemplar el paisaje? ¿Cuando ella recibe con una atrevida broma las flores silvestres que él le ofrece?…
Reflexiono sobre todo esto poco después de ver un muy interesante y muy trabajado vídeo de varios centros escolares de la comarca del Alto Gállego, Huesca (que, sin duda, se hará «viral»), que, en relación con las jornadas del 8-M, busca la igualdad de sexos… Pero, en algún momento se enumeran una serie de calificativos (fuerte, valiente, inteligente…) y se afirma: «No tienen femenino, no tienen masculino, podemos ser tú y yo, podemos ser los dos…» ¡Bien, nada de supremacías: tú y yo, libres, iguales, solidarios, corresponsables!… Pero, ¡cuidado!: ¿sin masculino ni femenino? Quizá estoy «rizando el rizo» pero creo que no podemos olvidar que el sueño de todos los grandes explotadores, de todos los que intentan ingenierías sociales, es conseguir una población sumisa, de intereses e ideales mediocres, productores y consumidores satisfechos o, al menos, resignados… Una población sumisa y asexuada o de una sexualidad difusa y relativista. Husley ya nos advirtió de ello en su famoso Un mundo feliz.
La lucha por la liberación de la mujer vertebra todo el siglo XX (especialmente en nuestro «primer mundo») y reclama el máximo protagonismo en este siglo y pide extenderse al mundo entero. Es una buena lucha y merece los mejores resultados… pero no tiene una camino expedito: bien al contrario, es un camino de muchos vericuetos y encrucijadas, de no pocas trampas. No debemos caer en el dogmatismo ni en el reducionismo. Es asunto complejo y no se resuelve con eslóganes.
Estoy de acuerdo; sin embargo, si los eslóganes son la punta de lanza de un a actitud continuada, en defensa de justas reivindicaciones, bienvenidos sean.
Sí, claro. Todo lo que nos permita avanzar es adecuado… pero yo insisto en que hay que ir con cuidado.
Artículo 14 de la Constitución Española. Lo de ni tiene masculino ni femenino, se entiende a qué se refiere, pero podría ser lo menos feliz del estupendo video.
Suscribo tu (agudo) comentario, Inmaculada… Y muchas gracias por tu visita.
Pienso que la nuestra es una época de personalidades narcisistas, que tienen un centro de gravedad frágil, porque no toman su fuerza del mundo interior, sino del reconocimiento que reciben del exterior. Estoy contigo José María en los peligros que entraña el camino y en lo complejo del mismo.
En cuanto a la pelicula, una de mis favoritas por cierto, me gusta pensar que dos almas pueden reconocerse con una mirada y que ese reconocimiento puede vivir en el tiempo sin importar las distancias.
No es común, pero hay quien tiene la suerte de encontrar a su alma gemela y reconocerla.
Gracias, Cristina. Me encanta coincidir contigo en la admiración por la película. Y suscribo también tu reflexión sobre las personalidades narcisistas… que tanto abundan en nuestra sociedad.
Querido José María… Yo que pertenezco a una generacion continuadora de la de mi madre, y abuela… Que he roto moldes… Detesto la instrumentalizacion partidista que se está haciendo de esto. Además, siempre he estado a favor del más débil y ahora estoy, como no podía ser menos, a favor de los hombres… Besos de Luz…
Muchas gracias, Luz, por visitar mi blog. Es importante que personas como tú rechacen públicamente la instrumentalización que se está haciendo del movimiento por la igualdad. En ese sentido, yo recomiendo siempre leer el oportuno manifiesto “No nacemos víctimas”, que ya el pasado año denunció esa manipulación. https://elpais.com/elpais/2018/03/05/opinion/1520273619_739464.html