Aunque yo la he visto hoy, fue el pasado sábado 30 de diciembre de 2017 cuando TV2 emitió la película 9 meses… ¡de condena! (Albert Dupontel, Francia, 2013) que, a pesar de estar nominada a 5 premios Cesar (equivalente a nuestros Goya) y conseguir los correspondientes a la mejor actriz y al mejor guion (también de Dupontel), parece que no tuvo mucho éxito de público y crítica en España.
Posiblemente tengan razón algunos críticos cuando hablan de «disparejo ritmo» (Lucero Solórzano, Excélsior) o «algo irregular, pero regocijante» (Javier Ocaña: Diario El País) y supongo que la afirmación de que «se olvidará con la misma facilidad con que se contempla» (Jordi Batlle Caminal, Fotogramas) se podría aplicar a la inmensa mayoría de las películas europeas. En todo caso, a mí me parece una buena comedia y por lo menos una de sus escenas no me será fácil olvidarla porque la he recogido para mi colección de escenas de amor.
La escena se desarrolla en cinco minutos (0:42 a 0:47) de los 82 totales de la cinta. El atracador (considerado por la sociedad, y por él mismo, como un tarado y un retrasado) descubre que es el padre del niño que lleva dentro la juez con la que ha tenido una relación ocasional (en una noche de borrachera y sin que ninguno supiera la identidad del otro) y de la que ahora depende su salvación de una condena extrema por un delito atroz que se le atribuye, aunque él no lo ha cometido. Si exhibe su paternidad podrá salvarse pero él (que siente que no es digno de la mujer) considerando que con ello complicará gravemente la vida personal y profesional de ella (y también la del hijo), decide ocultar esa relación y entregarse a la policía, aunque sabe que será maltratado y condenado.
El momento mágico se produce cuando él le dice a ella que se va de la casa en la que están eventualmente conviviendo (escondidos) y ella, que sabe que fuera del refugio está la desgracia de él, intenta retenerlo y, por primera vez estando ambos sobrios, le toma de las manos y él se mueve hacia ella como si fuera a besarla… pero la sortea y se va a entregarse. Por amor.
En el día de hoy, los católicos conmemoran la «Solemnidad de la Maternidad divina de María». Parece que no habría mucha relación entre esa historia que nos relata el Nuevo Testamento sobre un hombre y una mujer, que tuvieron que afrrontar el nacimiento de su hijo en condiciones muy adversas y la que nos cuenta 20 siglos después, con el complejo lenguaje cinematográfico, Dupontel… pero yo sí veo alguna relación. No es fácil formar una familia, no es fácil traer al mundo a un hijo en medio de una sociedad hostil, no es fácil cultivar el amor, ocasional o predestinado, «carnal o «divino», no es fácil cumplir una «condena» de 9 meses (o de muchos años) sin que haya una base sólida de amor. Amor incierto pero mágico amor; balbuceante amor, cósmico amor, humano amor.
María necesitaba el apoyo, la protección, el amor de José para tener a su hijo, igual que este necesitaba ejercer dignamente su paternidad (que hoy, según los textos sagrados, calificaríamos de «subrogada») para cumplir su destino. Como dos milenios después Ariane Felder (el personaje que interpreta Sandrine Kiberlain) necesita a Bob Nolan (Albert Dupontel) para tener al suyo y Bob necesita ejercer su paternidad para comprender que puede ser, que es, un hombre. Como todas las mujeres y como todos los hombres que con su fusión consiguen niños que reciben lo mejor de cada uno de ellos y aseguran la continuación de nuestra especie (aceptemos las excepciones necesarias para no caer en el dogmatismo).
Necesitamos todos humano amor… y una sociedad nada hostil, sino todo lo contrario, para la familia.
Hola José María.
Después de leer tu comentario a esta película, he pensado en la gran imaginación que tienes.
Da la casualidad que vi esa película, la verdad es que no le preste mucha atención porque estaba felicitando a los amigos por WhatsApp. Pero al leer este comentario intente recordar la síntesis.
Una mujer metida en su trabajo como juez, en el que descubre constantemente los problemas que les plantean los matrimonios en sus separaciones, y que gracias a esa información renuncia a tener relaciones o salir con hombres, para no enamorarse y caer ella también en ese episodio, se siente orgullosa y feliz de ser tan elocuente.
Hasta un día en una fiesta de la oficina, obligada por los compañeros acude a ella.
Se pasa con la bebida hasta ponerse pedo, pedo total; Sale de la fiesta dando tumbos por la calle sin saber por dónde va, en ese estado se mete en la calle de las prostitutas, allí tropieza con un delincuente que frecuenta ese lugar, el la confunde con una de ellas y los dos terminan haciendo una escena de sexo duro.
A los seis meses ella se da cuentas que está embarazada y que no tiene ni la más remota idea de quién puede ser el padre: con su autoridad como Juez puede hacerse sin sospechas la prueba de ADN para encontrar al padre, después de mucha búsqueda, en una cámara de la policía ve con horror su escena con el delincuente.
Al descubrirlo intenta abortar, tirándose en su casa desde una altura prepara para ese fin. En ese momento llega el delincuente que se ha escapado de la cárcel y la busca para que le ayude, porque la había reconocido en su oficina, se queda en la casa para que ellas no intente otra vez quitarse la vida o abortar, y a cambio para que le defienda.
Al final ella investiga y se da cuentas que el crimen del que le acusan, el no pudo hacerlo porque a esa hora estaban en esa escena de sexo.
El se va a la cárcel y ella sigue su trabajo, pero el día en que el tiene el juicio; cuando todo esta negro para él, ella siente remordimientos llega corriendo a la sala, y pide atestiguar a su favor. Demuestra que es inocente de ese crimen porque a esa hora el estaba con ella, en una relación amorosa, y para demostrarlo se quita la toga y enseña la prueba de su embarazo.
Ella se desmaya el queda libre y colorín colorado…….
Esa es mi percepción de la película.
Mi pregunta es: donde sacas tú la relación con la Navidad que celebramos los Católicos, y mucho menos con la Virgen María.
Soy Católica practicante, y mi fe es profunda. La libertad de expresión es respetable, te leo muchas veces y me gustan algunas cosas, pero permíteme que te diga que en esta materia de la fe o el Catolicismo, discrepo contigo es una materia que desde mi punto de vista no tienes los conocimientos y deberías informarte antes de compararla.
Siempre que te he leído he creído que sabias de lo que escribías, pero humildemente te digo que desde mis conocimientos y fe en este tema que has tocado hoy me has decepcionado, quizás porque no le veo el fundamento, has cogido lo divino y lo has comparado con lo peor de lo humano.
Te atreverías a hacer esa comparación con tu madre, te imaginas siquiera esa frialdad y egoísmo que tienen esos personajes, que tú fueras fruto de una borrachera y que tu padre fuera el primero que paso por la calle.
Yo también me siento personalmente diseccionada por esa comparación.
Mª Dolores.
Mi respetable señora, tal como define el argumento de la película en cuestión, comprendo que se sienta mal, muy mal, teniendo en cuenta la ferviente fe que siente debido a las enseñanzas que todos recibimos en párvulos…pero ahora ya somos adultos y tenemos una mente abierta.
Con esto quiero decirla que yo si veo en dicha película y en la Natividad unos sentimientos de AMOR, COMPRENSIÓN..cosa que ahora brilla por su ausencia.
Me figuro la perplejidad de José cuando María le informa de su embarazo…(por amor y comprensión lo asume) eran dos personas …y en el caso que nos ocupa, y que usted se siente muy dolida, también son dos personas con otras circunstancias, pero que el amor y la comprensión del daño que podría hacer a la juez, prefiere volver a prisión. Si recuerda, ella haciendo honor a la verdad y por amor a su prójimo y a la ley (que es su profesión) declara los hechos .
Señora, no juzguemos porque seremos jusgados.
Mis respetos a su fe y mis saludos.
Muy interesante tu comentario. Veré de hacerme con ella…
Pues la verdad que si le veo similitud a esta historia. Jose, padre adoptivo entonces de Jesús, es la figura de la juez. El salva a Maria de ser apedreada, pues se supone según la biblia que aún no había consumado con Maria. Por lo tanto ella podía ser una adultera, había que convencer a la sociedad de que era suyo y el hombre cargo por el amor que la tenía con la paternidad del niño. En este caso y por amor la juez entiendo que no quiere ver como el padre de su hijo, ya sea por un día de borrachera o porque una paloma “alias Espiritu Santo” te diga que estas fecundada por la obra y gracia de Dios todopoderoso. Maria también tiene similitud aqui de como queda engendrada porque tampoco se entera. La verdad que queda cuanto menos muy comparable esta obra de cine con la obra literaria de la biblia. Porque también el guión de esta novela llamada Biblia, la cual respeto ya que es un gran libro lleno de parabolas, metáforas y moralidad desmoralizadora, creo que es un reflejo increiblemente bueno de la sociedad humana de un tiempo anterior que sigue siendo latente en nuestro tiempo.