Lunes
Jornada intensa… Mañana lo cuento.
Martes
Casi 100 personas nos juntamos, ayer, en la sala Ciudad de Úbeda del Ateneo y todos salimos contentos… y yo muy agradecido. He recibido muchas felicitaciones por correo y por whatsapp. Mañana, a primera hora, pondré una entrada con la crónica del acto.
Miércoles
Siguen las felicitaciones por el acto del lunes.
Gran disgusto porque el libro 40 sonetos de amor no ha quedado bien impreso: las ilustraciones han quedado muy pobres. Mañana iré a Villena Artes Gráficas a ver qué se puede hacer… pero de lo que tengo que tomar buena nota es de que la responsabilidad principal es mía por no controlar suficientemente: parece cierto que ya soy un editor viejo más que un viejo editor. Claro que como todo tiene su lado positivo lo aprovecharé para mis «40 cartas a una joven editora».
Acto muy brillante en la Real Casa de Postas (hoy sede del Gobierno de Madrid y de la Dirección General de Seguridad en la Dictadura y, por tanto, lugar que me trae recuerdos especiales) con la entrega de los premios de SM, al que he sido invitado en mi calidad de presidente de la Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil. La Reina Letizia ha hablado sin papeles y con gran seguridad. Parece que, día a día, se afianza en su papel. Me ha llamado la atención su fuerte apretón de manos; no recordaba esa energía del día que la conocí personalmente en al Premio Antonio de Sancha.
Jueves
Intentando una «semisolución» al problema de 40 sonetos y conversando con María sobre el futuro de la Editorial.
Viernes
Cena con María Pilar Lorenzo, para fijar el formato y el plan de edición de su (muy interesante) «Libro de familia», antes de asistir al precioso concierto en la impresionante Sala General de Lectura de la Biblioteca Nacional. Un buen concierto en homenaje a Cervantes, con obras para piano de Manuel Angulo, Carlos Cruz de Castro, Tomás Marco (con el que compartí tienda en Milicias Universitarias), José Zárate, Mercedes Zabala y Benet Casablancas. Marta Espinós me parece una buena pianista y excelente comentarista de las obras que interpreta. Todos contentos.
Después, buena conversación con María Pilar sobre los problemas de amor y desamor en el matrimonio y, sobre todo, los problemas de (in)comunicación en él.
Para rematar, aunque ya es madrugada, me paso por el Círculo de Bellas Artes para ver la lectura continuada del Quijote. Otros años he participado como lector pero hoy prefiero observar. Cuando entro están en conexión por vídeo conferencia con Brasilia y tras un cuarto de hora, vuelven a leer, ordenadamente, las tres decenas de personas
Sábado
Se confirma que el incidente de ayer en El País (un sobre con polvo blanco que provocó el susto general y la intervención de los tedax) ha quedado en una falsa alarma.
Asisto a la entrega del Premio Cervantes. Mientras llegan las autoridades, tomo notas. El salón no está saturado como en años anteriores (parece que por cuestión de presupuesto) y, ostensiblemente, ni un solo catalán. Gonzalo Santonja, con el que había perdido contacto desde hace años, me escribirá un correo para recuperarlo[Np]. Pedro Sánchez (que se ha saludado gélidamente con Mariano Rajoy) se levanta de su asiento en primera fila para saludar a Forges, sentado en el lateral y más atrás, que se levanta para conversar con él animadamente.[Np] Enrique Barón elogia el discurso del Juan Goytisolo el año pasado pero rebaja su entusiasmo cuando afirmo que a mí me pareció intolerable que, sin renunciar al premio y su cuantiosa dotación, dedicara su discurso (y todos sus gestos) a despreciar a las instituciones que se lo daban. Ignacio Amestoy me trata con mucho cariño y me felicita por los 40 años, aceptando mi petición de que participe en las «40 miradas sobre el presente y el futuro del Libro». Durante el cóctel me presentan a Eugenia Rico (de lo que no conocía nada) y sentimos una mutua simpatía… Intercambiaremos libros y opiniones.
En cuanto al discurso de, me gustaría comentarlo… pero ya estoy muy cansado. Lo que sí haré será leer alguna de las obras principales (y también, por recomendación expresa de José Pascual Marco Martínez, Secretario del Jurado, en uno de los corrillos donde hemos coincidido, la obra del argentino Ricardo Piglia).
Domingo
Asisto, con Vera, al precioso concierto de la OCNE en el Auditorio Nacional (que me parece tiene cada día mejor sonoridad). Xian Zhang (nacida en China en 1973 y emigrada a EE UU en 1998) dirige, en la primera parte, la Marcha Eslava y el Concierto para Violín y Orquesta de Chaikovski, con Ray Chen (nacido en Taipei y formado desde niño en Australia) de solista; y en la segunda, la Misa Glagolítica de Leoš Janáček, con Susanne Bernhard (soprano), Charlotte Hellekant (mezzo, quizá la mejor), Michael König (tenor, a veces dominado por la orquesta) y Derek Welton (barítono) como voces solistas y Daniel Oyarzábal al (excelente) órgano. Aunque he oído cientos de veces, en disco o por la radio, el concierto de Chaikovski, creo que era la segunda vez que lo escuchaba en directo y comprobado una vez más la importancia de la música en auditorio; además, como en esta ocasión, cuando está bien interpretada (me llama la atención que Chen comenzó su aprendizaje con el método Suzuki, del que he oído decir que no es muy adecuado para futuros virtuosos), es especialmente emocionante. La gente ha aplaudido el primer movimiento, con ese solo que creo que es el más largo de todos los conciertos para violín y orquesta, y luego ha conseguido que Chen nos regalara un bis con un movimiento de una de las partitas de Bach. No conocía la espectacular misa de Janáček (de la que se ha dicho que es más política que religiosa y más panteísta que cristiana) pero me propongo escucharla más veces para comprenderla (y así disfrutar de ella) mejor. El breve comentario que firma la musicóloga Inés Mogollón en el cuadríptico que entregan los acomodadores (el programa de mano se vende aparte) se titula «Melancolía eslava» y se hace referencia a este concepto para relacionar a ambos compositores… pero más que melancolía, yo he visto, también con palabras de Mogollón, «el esplendor y la gloria» en Chaikovski y «el olor de la tierra y el fervor por lo íntimo» en Janácek. Por último, quiero destacar que, aunque me falta (in)formación para juzgar a la OCNE creo que, tanto la orquesta como el coro, han seguido mejorando desde la incorporación de David Afkham (alemán de origen persa).