Lunes
Hace casi cuatro años inicié una serie que quedó truncada sobre la historia de las principales colecciones de la Editorial. Sólo conseguí explicar la colección Aljófares, pero hay otras muchas que merecen ser explicadas y reivindicadas, la mayoría vivas y algunas que terminaron su ciclo hace tiempo. Hoy he estado hablando con Federico Moreno Santabárbara, gran experto en cómic, y le he agradecido mucho que esté dispuesto a hacer un estudio de la colección Papel Vivo. Situada en su contexto, creo que esta colección, a pesar de sus desequilibrios de contenido y de forma, tiene una gran importancia y un libro específico sobre ella lo demostrará, reforzando las referencias que hay ahora en internet. Me hace mucha ilusión este libro porque será una forma de recuperar la memoria de todos los autores que crearon los contenidos de la colección y la de tantos colaboradores que la hicieron posible.
Martes
Tengo que ir al dermatólogo en en el Alto de Extremadura y aprovecho para dar un paseo a los Trufos por la Casa de Campo. Poca gente: algunos grupos de estudiantes de tauromaquia, algunos corredores o simples paseantes. Está mejor que la última vez que estuve por allí: hay menos prostitutas, no son jovencitas y no van semidesnudas (tampoco se ven «clientes»); recuerdo aquella vez, hace 20 ó 25 años, cuando se podía atravesar en coche el parque y tuve que ir a TVE varias veces (estábamos haciendo la edición de Langostino, cuatro libros para niños que habían sido llevados a la pequeña pantalla), y una prostituta muy joven se me subió al coche prácticamente en marcha (estaba prohibido ir a más de 20 km/h) para ofrecerme sus servicios y como le expliqué que iba a trabajar me pidió por favor que la dejara estar un ratito en el coche con la calefacción puesta al máximo: una muchacha esclavizada, aterida de frío, tímida y bella… pero no quiso comentar conmigo su situación y se bajó pronto del coche sin que yo encontrara la forma de ayudarla… Quizá algún día pueda escribir algo sobre la memoria de mis putas tristes (tomo el nombre del libro de García Márquez, que no gustó a las feministas cuando apareció, que no me gustó a mí la primera vez que lo leí pero que, una vez releído con cuidado, me pareció una obra digna de ser estudiada.
Mientras paseo, escucho en Radio Clásica la «Obertura pastoral» (la única parte que se conserva) de la ópera Los esclavos felices de Arriaga: ¡Impresionante! Parece mentira que un muchacho de 19 años pudiera hacer algo así. Con razón se le considera el Mozart español
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Por la tarde reunión en AEALIJ, con mejor resultado que otras veces (aunque es evidente que cuesta mucho mantener a flote este tipo de asociaciones).
La foto de los 34 Gutiérrez y «consortes» ha tenido muy buena acogida en Facebook. Los comentarios de los asistentes, los ausentes y algunos allegados son muy cariñosos.
Miércoles
Llegan noticias del VII Congreso Internacional de la Lengua Española que se está celebrando en San Juan de Puerto Rico. Ayer circuló una foto de Felipe VI en la presentación del Congreso con falta de ortografía en el rótulo (Magestad) y hoy Eduardo Mendoza dio el titular más provocativo: «Me da igual que la gente no lea, la mayoría de libros son una birria» – Eduardo Mendoza sacude las convenciones del escritor moderno y los planes de fomento de la lectura para reivindicar las humanidades «porque sí».
La primera vez que fui a San Juan estuve a punto de ahogarme en el Caribe: bajé al mar, al que se accedía desde el hotel, y me metí al agua imprudentemente; era de noche y estábamos solos Hermenegildo (de Azteca) y yo; una ola me envolvió de improviso y me llevó mar adentro: mientras daba vueltas pensaba «¡Qué estúpida forma de morir!»… pero logré salir y creo que aprendí la lección. Tengo varias anécdotas de mis viajes a Puerto Rico (no recuerdo si fueron dos o tres) pero ésta es la que me ha venido a la memoria esta noche.
Jueves
Merienda en casa de Julieta (ya plenamente recuperada) y Antonio, con Marina, María, Manolo y José Manuel, para seguir preparando las primeras actividades de los «40 años como 40 soles». La tortilla española y el hummus árabe, maravillosos y mejor aún, las torrijas. ¡Da gusto trabajar así!
Viernes
Me quejo de que estoy muy cansado pero es que quizá tengo algunas jornadas muy agotadoras. Hoy, por ejemplo. Además de que he dormido poco y mal porque el puñetero Trufo me hizo la faena esta noche. A primera hora, gestión en el Registro Mercantil; luego, la mañana en Pinto con las gestiones habituales (prisas para preparar la documentación de «Ayudas a la edición» y terminar la preimpresión de los libros que hay que enviar a imprenta. He tenido que comer sobre la marcha porque tenía que llevar libros a la distribuidora y luego estar a las cuatro y media en la clínica dental para que me arreglaran un empaste que se había deteriorado. Por cierto, el otro día dije que mi dentista se llamaba Rihanna — — pero había entendido mal: se llama Rawan –«agua de manantial» según ella, «esencia de flor; sensación de temor. (significado rocio en arabe)», según dos portales de Internet que he consultado–[NOTA]. Después, a toda prisa, he tenido que llevar unos libros a Dinah Salama (que tiene desde su nuevo apartamento una de las vistas más bonitas de los tejados de las casas antiguas de Madrid) y recoger un original a Carlos Villanes (un café estupendo el de la cafetería de la esquina de Amaniel con Comendadoras) [NOTA]. Para terminar, una Brevísima visita a hija, accidentada por un esguince.
Sábado
Comida con mi hija, que mejora de su esguince. Como sobremesa ponemos la Tele y nos reímos porque vemos una película vulgar, sobre temas vulgares, con personajes vulgares y con intérpretes vulgares. Al regresar a casa está terminando en 8 Madrid TV El Sur (Víctor Erice, 1983, con Iciar Bollaín y Omero Antonutti como principales intérpretes); siempre me emociona la escena en la que padre e hija se ven por última vez y, pasado el tiempo, ella piensa que debería haber prestado más atención a su padre. Sin duda él piensa algo parecido. Siempre hay un déficit de atención entre padres e hijos y quizá, especialmente, entre padre e hija.
Domingo
No había leído nada de Eugenio Montejo (Caracas, 1938 – 2008), pero después de ver la película de Iñárritu 21gramos (dura pero muy bien realizada) donde cita unos versos suyos, he entrado en el maravilloso Internet y he quedado impresionado. Está editado en España por Renacimiento y Pre-textos así que buscaré sus libros. El verso inicial es deslumbrante: «La tierra giró para acercarnos» y algunos otros, también: «Pasaron noches, nieves y solsticios; / pasó el tiempo en minutos y milenios.» He aquí el poema completo:
La tierra giró para acercarnos,
giró sobre sí misma y en nosotros,
hasta juntarnos por fin en este sueño,
como fue escrito en el Simposio.
Pasaron noches, nieves y solsticios;
pasó el tiempo en minutos y milenios.
Una carreta que iba para Nínive
llegó a Nebraska.
Un gallo cantó lejos del mundo,
en la previda a menos mil de nuestros padres.
La tierra giró musicalmente
llevándonos a bordo;
no cesó de girar un solo instante,
como si tanto amor, tanto milagro
sólo fuera un adagio hace mucho ya escrito
entre las partituras del Simposio.
Consecuencias de la miseria de los nacionalismos excluyentes: una bella muchacha, nacida en Honduras, en un reportaje de TV explica, en correcto castellano y con gesto de inteligente resignación: «Mi padre es yugoslavo… bueno, era yugoslavo, ahora es bosnio.» Mañana terminaré una nueva entrada sobre la situación en España y la pondré aquí. A ver si hay lecturas y reacciones.