Premio Antonio de Sancha

12 de noviembre de 2013, 20:00 h. Real Casa de Correos en la Puerta del Sol, sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Entrega del Premio Antonio de Sancha en su XVII edición, en esta ocasión a Mario Vargas Llosa. Su nombre se suma a una lista de personalidades que con su actividad profesional y su compromiso personal se distinguieron por la defensa del libro: el ministro de Cultura francés Jack Lang, el presidente de Uruguay José María Sanguinetti, el director de la Unesco Federico Mayor Zaragoza, el ministro de Justicia y luego Defensor del Pueblo Enrique Múgica Herzog, el humorista Antonio Fraguas Forges, la actriz Nuria Espert, el escritor libanés Amin Maalouf, la periodista y activista por los derechos humanos norteamericana Barbara Probst Solomon, el Secretario General de la Organización de Estados Iberoamericanos Enrique V. Iglesias, el empresario Jesús de Polanco, el científico Juan Luis Arsuaga, el rector Gregorio Peces-Barba, el político colombiano Sergio Fajardo, el periodista y crítico literario Bernard Pivot, el editor Germán Sánchez Ruipérez (a título póstumo).

Discursos protocolarios pero llenos de referencias literarias, en los que se constata que tanto la presidente de la Asociación de Editores de Madrid como el ministro de Educación Cultura y Deporte, como el presidente de la Comunidad han leído con atención a Mario Vargas Llosa. Amalia Martín, secretaria de la Asociación, como siempre, eficaz y comedida.

Estoy en buena compañía: Alicia Muñoz, Teresa y Mercedes Alonso, Mercedes Aguirre y Alicia Esteban, Marina Casado y Leonor Machado (¡gracias, Leonor: es un privilegio compartir contigo, en estos actos, el interés cultural y el afecto humano!). Todos satisfechos con los discursos y el cóctel posterior. El edificio (bella proporción de piedra, ladrillo, hierro y cristal), tan agradable después de la reforma y nuevo destino (¡Qué tiempos aquellos de la DGS!)… Pero, sobre todo, la asistencia era para escuchar la inigualable oratoria del escritor.

Vargas Llosa, además de escribir como los mejores, de comportarse como los buenos intelectuales (comprometido con los valores y crítico con la realidad) está reconocido como uno de los grandes oradores de habla española: siempre recordaré la laudatio que hizo sobre Nélida Piñón en la UIMP (12 minutos, sin papeles por supuesto, de verbo preciso, riquísimo, fulgurante); es un placer releer una y otra vez su discurso de aceptación del Nobel bajo el título de «Elogio de la lectura y la ficción»… Se trataba por tanto de escuchar atentamente el discurso del premiado que, como es habitual en él, no era solo de agradecimiento por el premio, de elogio del jurado, etc., sino que podía y debía contener ideas importantes para el libro… y así fue: Vargas Llosa hizo una precisión inteligente y oportuna sobre la superioridad del libro en papel (el libro de hojas como a mí me gusta llamarlo) sobre cualquier otro soporte conocido. Naturalmente, no se trata de despreciar el libro electrónico (para el que la presidente de la Asociación había reclamado el mismo trato fiscal) porque todas las nuevas tecnologías, bien utilizadas, nos sirven para conocer y disfrutar. Pero el autor de La ciudad y los perros, de Conversación en la catedral, de Pantaleón y las visitadoras y tantos libros excelentes enfatizó que la lectura del libro tradicional es más profunda y valiosa que la que se realiza sobre cualquier otro soporte… ¡Gracias don Mario! Con motivo del XXXV aniversario de Ediciones de la Torre manifesté que el futuro del libro dependía del criterio y la determinación de sus dos protagonistas, de sus dos «propietarios»: el escritor y el lector. Ellos dirán qué libros deben permanecer en su forma suprema y cuáles pueden vivir en formato electrónico; qué libros deben ser incluidos como auténticos tesoros en la biblioteca pública o la privada. Y en este debate, la hermosa voz de Vargas Llosa, en su doble condición de excelente creador y lector apasionado y aplicado desde los cinco años, representa, sin duda, una autoridad indiscutible. 

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4 respuestas a Premio Antonio de Sancha

  1. Vargas Llosa es, efectivamente, uno de los intelectuales más inteligentes que ha producido América Latina en el siglo XX-XXI. Y no es por pertenecer a otro tiempo que considera al libro de papel superior al libro electrónico (por lo menos cuando se habla de literatura, pues el libro electrónico es insuperable -aunque no único- para diccionarios, enciclopedias, geografías, etc). Está demostrado que no leemos igual en papel que en pantalla. Para los best-sellers y otras lecturas superficiales, o con mayor intención informativa, las tabletas o las pantallas de ordenador están muy bien, y cuando hay contenidos adicionales, que permitan al hypertexto realmente aportar otras experiencias estéticas e informativas, también hay grandes ventajas. Pero el tipo de relación, íntima y necesariamente solitaria entre un gran texto y su lector, no soporta la mediación de las pantallas de cristal líquido, plasma o lo que sea. Es como en el amor: hacen falta sábanas, no cámaras. Otra cosa, impide el mutuo disfrute.

  2. JOSÉ ANTONIO CAMACHO dijo:

    Querido amigo José María (y también estimado Joel): estando intimamente de acuerdo con vosotros y con nuestro gran escritor Vargas Llosa, tengo que disentir profundamente. ¿Y cómo es posible, os preguntaréis? Los que ya peinamos canas (o ni siquiera ya las peinamos) está claro que hemos nacido, vivido y disfrutado de la magia de la palabra escrita a través del soporte papel y del formato códice. Yo no lo cambiaría, en la mayor parte de los casos, por el libro digital y la pantalla. Teniendo claro, como dice Joel, que para cierto tipo de documentación e información las nuevas tecnologías superan con creces al libro impreso. Ahora bien, me permito afirmar también que las nuevas generaciones, las que han nacido con un ratón, una PSP o un smartphone en la mano tendrán el libro impreso, casi casi, como un objeto de museo o para ocasiones muy particulares. Y yo creo que no por eso su nivel cultural, sus experiencias lectoras o su conocimiento será menor que quienes hayan utilizado o sigan utilizando básicamente el papel. Un saludo muy afectuso.

  3. Milagros del Corral dijo:

    Sentí mucho no poder ir este año por un problema de última hora, y más, tratándose de Vargas Llosa a quien tanto admiro. En el debate libro/ebook, creo que son dos vehículos que debemos compartir inteligentemente. Como compartimos bicicleta, moto, coche, tren, avión… Todo depende del viaje intelectual que queramos hacer en cada caso y en cada circunstancia, Nunca podremos prescindir de conservar en nuestra biblioteca personal esos libros que marcaron nuestra vida y dejaron su huella en nuestra manera de entender el mundo.

  4. ¡Interesante debate! Muchas gracias a los tres por enriquecer mi comentario.
    Me gusta, Joel, tu metáfora… y me atrevo a seguir tu surco diciendo que necesitamos más sábanas y menos pantallas.
    Tienes razón, José Antonio, en que el «foso generacional» es aquí más patente… pero, como tuve ocasión de defender, ya hace unos cuantos años, en el Congreso de la UIE en Barcelona, es muy bueno que todos y especialmente los más jóvenes podamos escuchar las partitas de Bach directamente de un violín (¡si es posible, un stradivarius o un guarnieri!) si queremos apreciar toda su belleza.
    Te echamos de menos, Milagros. Una de las buenas cosas que tienen estos actos es que se encuentra uno con buenos amigos. Y me sumo a tu ejemplo del viaje intelectual.
    Abrazos,
    José María

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