Virtual. La imagen ha quedado fija después de dos horas de acción trepidante. Una mujer, joven y atractiva (Jessica Chaistan en La noche más oscura [Zero Dark Thirty] de Kathryn Bigelow) sola en el interior de un avión militar, con el rostro surcado por las lágrimas. Sabemos que ha trabajado para la CIA durante 12 años y se ha entregado en cuerpo y alma a la misión de cazar y matar a Osama Bin Laden, formando parte de un equipo de hombres y mujeres altamente cualificados, entrenados y pagados para perseguir a los enemigos. Hemos visto toda la tecnología y la fuerza militar de la primera potencia mundial al servicio de la causa de castigar, ejemplarmente, al hombre que se atrevió a desafiarlos. La mujer, que acaba de sentirse la gran vencedora, al identificar el cadáver del hombre más buscado del mundo después del «11-S», no sabe con certeza adónde va… pero quizá sí sabe bien de dónde viene. Viene de los viejos códigos del «ojo por ojo», de la vieja obsesión por conseguir el Imperio invencible, de la violencia y la mentira, de la Muerte… Quizá por eso llora amargamente. Al menos nosotros quisiéramos que su llanto fuera porque ha comprendido que la Muerte no puede vencer a la Muerte, que los imperios producen odios y envidias, codicias y ambiciones que conducen a nuevos imperios…
Real. La foto es oficial. El Jefe del Estado ha cumplido 75 años (37 de reinado) y su regia figura, por encima de achaques y fatigas, mantiene el porte y la prestancia inherentes a su condición… Sabemos que puede sentirse satisfecho con las tareas que realizó al servicio del país, después de haber sorteado inteligentemente tremendos obstáculos para llegar al Poder y hacerse perdonar algunos graves «deslices», pero también sabemos que tiene por delante algunas tareas quizá más arduas y complicadas y que necesitará de toda su fuerza e inteligencia para realizarlas. Por eso quisiéramos que percibiera nuestro apoyo condicional: «¡Felicidades, Majestad! Recuerde las hazañas que hizo por España y afronte con coraje y valor las que le quedan por realizar.»
Tres apuntes muy rápidos, José María, para tus tres últimas entradas.
(1)ANTIGONA – Poner vaqueros a Las Meninas es una de las moderneces a las que nos tienen acostumbrados nuestros jóvenes directores. Relacionar el drama de Antígona con los muertos de la Guerra Civil, ¿no te parece una simpleza? ¿Sabemos ya que Rajoy es un líder corrupto? ¿Esto último no es, al margen de un pegote, un poco precipitado?
2) YERMA – Como todo es opinable, ahí va mi opinión sobre el teatro de Lorca. Dramones de cartón piedra, tanto en lo que se refiere a los personajes, como a la trama. Un gran poeta que tiene una obra llena de gracia y de hondura, pero que como dramaturgo resulta inaguantable.
3) LA NOCHE MAS OSCURA – Este comentario es, a mi modo de ver, el más “grave” de todos. Según tú, EL IMPERIO, todos los imperios, representan la mentira, la venganza, la muerte, etc. El imperio Romano, por ejemplo, ¿no es uno de los pilares de nuestra civilización, como lo fue el de Carlo Magno? Te guste o no, tú y yo y toda nuestra generación y un par de generaciones más, europeas, hemos conservado nuestras libertades gracias a la protección del Imperio Americano ¿O tenemos que seguir recomendando la lectura de Raymond Aron? Decir de un asesino fanático como Bin Laden que es un hombre que se atrevió a desafiar al Imperio, es, en cierta manera, coincidir con el titular más vil de la historia del periodismo en España: EL PAIS (al día siguiente del atentado de las Torres Gemelas) “EL MUNDO TIEMBLA ANTE LA RESPUESTA DE EEUU”. El insigne historiador suizo Burckhardt escribió que, a la caída del Imperio Romano, gracias al cristianismo la Edad Media no se convirtió en una guarida de asesinos. Y, desde luego, no veo por ningún lado que la protagonista de LNMO llore por lo que tú dices.
Saludos cariñosos
Gracias por leer(me) y por escribir, Enrique.
Antígona: no veo simpleza en relacionar las grandes obras de todos los tiempos (en este caso Antígona) con nuestros problemas actuales. Eso es que lo hizo Anouilh. La cuestión es si lo hacemos bien o de forma simple… En cuanto a la corrupción, es pronto para poner etiquetas definitivas pero todo parece indicar que tenemos un gravísimo problema de corrupción en (casi) todas las instituciones de nuestro país y que deberíamos plantearnos qué podemos hacer, cada uno, para atajarlo.
Yerma: me llama la atención una descalificación tan rotunda del Lorca dramaturgo que, como sabes, choca de frente con la opinión general (de público y crítica).
La noche más oscura: Reconozco que mi comentario puede parecer fuerte y sectario aunque intenté ser objetivo a partir de lo que sugiere la obra de Kathryn Bigelow. Evidentemente, el final es abierto y,cada uno puede ver una intención. Y tienes razón en señalar que algunos de los imperios han podido hacer avanzar la civilización (aunque nunca podremos saber si hubiéramos avanzado más y mejor por otros caminos) pero en todo caso, yo sigo pensando que podemos (y debemos) llorar por tantas muertes como los imperios, todos los imperios, y también el de Estados Unidos, producen.
Un abrazo,
José María