2. El hombre

El hombre, nuestra especie, nació desnudo y evidente y así se mostró a todo el mundo. En las cuevas, o en campo abierto, todos los individuos comían, defecaban, dormían, copulaban, nacían y morían «en público», a la vista de todos. En lo fundamental, miles de años después, a pesar de nuestros uniformes y nuestros disfraces, nuestros edificios «inteligentes» y nuestras leyes protectoras de la intimidad, así seguimos. E Internet, con sus millones de ventanas abiertas y sus paredes transparentes, parecería demostrar una necesidad y un deseo profundos de mantener aquellos orígenes… Y, sin embargo, igual que entonces, en el interior de cada persona millones de células, millones de conexiones desafían a cualquiera que pretenda esclavizarlas. De la misma forma que nadie podía saber qué pasaba en lo más recóndito de cada cuerpo, de cada mente, en los pliegues más inaccesibles de cada alma de nuestros antepasados, tampoco ahora podemos llegar con nuestra mirada a los lugares más profundos de su interior. Porque el hombre, como el universo, es inabarcable e indomable: depositario de todos los sonidos, todas las formas, todas las palabras, todos los horizontes, todos los sueños, también es depositario de todos los misterios.

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4 respuestas a 2. El hombre

  1. Toney Molmar dijo:

    Definitivamente eres un humanista nato. Se echan de menos más voces en esta dirección en mitad del etruendo profético de las religiones tecnológicas que a diario nos inundan con sus sermones.

  2. Agustín García Matilla dijo:

    Querido José María: acabo de recibir el enlace a tu blog y aprovecho para desearte todo lo mejor en este RENACIMIENTO. A los 70, si la cabeza funciona todo lo demás debe funcionar a su compás. Si es verdad que las buenas energías de los amigos también ayudan te aseguro que somos muchos los que deseamos que sigas “resistiendo” hasta los 140, para que continues siendo ese amigo y editor librero imprescindible. Muchas nuevas generaciones estarán dispuestas a seguir defendiendo la utopía posible de la supervivencia del libro que se toca, se palpa, se huele y nos invita a seguir pasando páginas hasta el final. Con afecto, amistad y admiración.

    Agustín García Matilla

  3. Jorge dijo:

    Entrañable como siempre y que además no es incompatible con la sociedad donde la tecnociencia avanza.

  4. ana calle dijo:

    Querido José María:

    Me encanta la idea de poder entrar aquí al menos una vez por semana y sentirme de esta manera unidad a ti y a tu gente querida. Gracias por tu blog y gracias por tus líneas de agradecimiento, espero, sí, verte en Berlín pronto y poder mostrarte “mi ciudad”, esa que no está en las guías turísticas.

    Sobre “El hombre”: me ha gustado mucho y lo que puedo decir al respecto es que me parece muy importante que el ser humano mantenga sus misterios y solo a las personas más allegadas les permite acercarse más y descubrir esos misterios. No hay más remedio que protegerse, hay demasiada mala gente alrededor.

    Un abrazo desde Berlín hoy soleado y sonriente,

    Ana

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