Lunes
Bicentésimo octavo aniversario del Dos de Mayo. Fiesta y conmemoración completamente diferente a otra fecha que podría ser comparada: 11 de septiembre en Barcelona.
Café con Elisa que insiste, con toda la razón, en que tenemos que aprovechar mejor la celebración de los 40 años.[Np]
Martes
Buena acogida a mi entrada en el blog sobre Los puentes de Madison. Aportaciones interesantes de los amigos (de las amigas más bien).
Incorporando a María al equipo. No es fácil pero creo que lo conseguiremos.[Np] Tomando notas para redactar «Para ser un buen elector (26 preguntas antes de votar en el 26J», a ver si consigo una entrada que sirva para aclararme yo y para ayudar a alguien más a aclararse.
Miércoles
La velada poética de esta tarde en la Asociación Prometeo de Poesía estaba menos concurrida que de costumbre. He dado un breve paseo por la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión; está mortecina y no he visto nada interesante excepto uno de los dos tomos de Oblomov de 1924 pero quiero buscar la obra completa.
Jueves
La entrada sobre El País y Ediciones de la Torre ha tenido buenas reacciones entre mis amigos… pero, por supuesto, aunque he puesto la referencia del periódico en Twitter, no han acusado recibo.
Esta mañana me he llegado un enlace al artículo de Fernando García de Cortázar en ABC ponderando con entusiasmo La balada del café triste de Carson McCullers. No conocía nada de esta escritora estadounidense (1917/1967) y he ido a comprar un ejemplar a la Librería Alcaná, de la calle Marqués de Viana (de tan buenos recuerdos de mi niñez). Una estupenda edición de Círculo de Lectores, de segunda mano pero totalmente nueva, buena impresión sobre buen papel, encuadernación en tapa dura imitación tela, con punto de lectura… y con PVP de ¡2,40 €!
Viernes
Semana de trabajo duro. A ver si este finde consigo leer un poco y escribir algo. He tomado notas para una nueva entrada en el blog: «Mis bolcheviques». Ya veremos.
Comida en Parla con Ana y Mary Luz ¡y he sobrevivido! Y, además, Trufa ha salido con el pelo cortado.
Sábado
Vámonos, Bárbara (Cecilia Bartolomé, España, 1978) es una extraña película, con un guión y una dirección un tanto desiguales, pero llena de momentos excelentes; relacionada con el «destape» del inicio de la Transición, creo que gana mucho al verla casi 40 años después. La sexualidad de una mujer madura y la de una niña de 12 años (magníficamente interpretadas por Amparo Soler Leal y Cristina Álvarez), la lucha de la mujer contra la opresión machista y todo un canto a la incipiente liberación femenina.
Voy a la Casa del Libro para comprar el regalo de Unai y me encuentro la Gran Vía cortada al tráfico y con unas 1.000 personas manifestándose a favor del cultivo legal de la marihuana. Hace muchos años editores y libreros quisimos celebrar el Día del Libro en una Gran Vía «peatonalizada»… pero no lo conseguimos.
Domingo
Hermosa comida familiar con Unai, Vera, Yolanda, Pablo, Tania, Inés y Clara para celebrar el cumple de los dos primeros.
Reflexionando mucho y tomando muchas notas sobre la situación política actual… A ver si puedo hacer un par de textos interesantes sobre ello antes de las Elecciones.
Me he apuntado a un grupo en Facebook que se llama «Historias matritentes» y, ojeándolo un poco, he encontrado una referencia al barrio Campamento (del distrito de Latina). Así que he puesto este comentario: «Mi barrio, también en Madrid, también se llamaba Campamento. A ver si un día me atrevo a hablar de él… Mientras tanto, tu Campamento también me gusta mucho; allí, en una de sus casas modestas, vivió, durante bastantes años, mi hermano, su mujer y sus cuatro hijos… y en mi colección de escenas de amor tengo una de una noche regresando de allí entre canciones y estrellas.»