Como todos los grandes del Pensamiento y la Literatura, Antonio Machado es inabarcable e inagotable. De forma que cuando nos sentimos agobiados, bueno es recurrir a las palabras sabias del maestro para recuperar un poco del sentido común y de la bondad que él nos enseñó. Por ejemplo, cuando nos sentimos asediados por los dicharacheros, por los charlatanes que dominan nuestra vida política y social. En este caso, para tomarlo como guía y ejemplo, me parece muy oportuno su famoso «Retrato» –que escribió ya en plena madurez, aunque sólo contaba 31 años de edad–, donde nos invita a desdeñar «las romanzas de los tenores huecos / y el coro de los grillos que cantan a la luna.», a rechazar el «nuevo gay-trinar» (el lenguaje ampuloso pero hueco), a «distinguir […] las voces de los ecos», a escuchar «entre las voces, una». En hermosos alejandrinos, Machado nos impulsa hacia la reflexión, hacia la autocrítica permanente: «Converso con el hombre que siempre va conmigo», y, en conclusión, nos invita a colocar por encima de las doctrinas los valores que han hecho al hombre, a ser «más que un hombre que sabe su doctrina, / […] en el buen sentido de la palabra, bueno.»
Hoy que tenemos tanto «gay-trinar», tantos «tenores huecos», tanto ruido y tanta porquería que ensucia nuestra sociedad, las palabras de don Antonio nos pueden ayudar a entender, y mejorar, nuestra situación.
Si damos por buena la fecha de 1907 para el Retrato que encabezará futuras ediciones de “Campos de Castilla”, me parecen más claros los versos de Rubén Darío -que son anteriores a los de Antonio Machado-, y que tomamos de la “Letanía de Nuestro Señor don Quijote”: “De rudos malsines, / falsos paladines / y espíritus finos y blandos y ruines, / del hampa que sacia / su canallocracia / con burlar la gloria, la vida, el honor, / del puñal con gracia, / ¡líbranos, Señor!”
¡Cuánta verdad en tan pocos versos, leídos hoy! ¡Precisamente hoy!
Fernando Carratalá
¡Bien traídos, querido Fernando, los malsines, la canallocracia… precisamente hoy! Se complementan bien la profundidad del poeta de los campos castellanos con la vehemencia del poeta cosmopolita…
Hoy puede ser un buen día para leer los poemas de Antonio Machado por campos de Castilla, nos harán reflexionar y pensar, en que la mayor parte de las veces en las que prestamos cierta atención, – por si ha cambiado algo, que no es nada probable- a un cansino y amañado discurso político de un candidato a presidente de gobierno, nos damos cuenta de inmediato que, como dice el poeta Antonio Machado, no hay mejor discurso que el propio soliloquio.
Sí, Victoria, así vamos: del guirigay al soliloquio… pero hay que seguir intentando el diálogo… y, sobre todo, pensar sobre todo este follón. Como dice Savater: «Piense lo que quiera, pero piénselo.»