11/17 de julio de 2016

Lunes
He leído esta mañana el artículo de Fernando García de Cortázar en el ABC de ayer. Un elogio encendido e inteligente («lo que daba a conocer Claudio Rodríguez era un modo apasionado de vivir a través de la tierra.»), que destaca el aspecto transcendental del poeta zamorano, repitiendo el maravilloso endecasílabo que abre su primer (y más famoso) poemario: «Siempre la claridad viene del cielo»; y concluye: «Esa inserción del lenguaje en la tierra, esa función reveladora de la poesía, esa iluminación proyectada sobre un mundo en silencio, se alimentaban de una larga experiencia de la lírica española en el siglo XX. Era la España de la rabia y de la idea, cuya voluntad de vivir resollaba en el fondo de un espacio aún en penumbra, de un universo aún afligido, de un tiempo aún inseguro. La España soñada. La España pronunciada.» (El énfasis en los adjetivos es mío). Conocí a Claudio Rodríguez con motivo de la publicación de la antología que publicamos en Alba y Mayo Poesía y tengo varias anécdotas entrañables (sencillez y vino [Np]) con él. No he estudiado a fondo su obra pero quizá fuera bueno que, cuando tenga más tiempo, relea y relacione su poesía con la de Vicente Aleixandre (que, como es sabido, sentía gran admiración y cariño por Claudio). Esto me recuerda una vez más la gran verdad que encierra el aserto de Jorge Luis Borges de que somos mucho más lo que hemos leído que lo que hemos escrito («Que otros se jacten de las páginas que han escrito; / a mí me enorgullecen las que he leído.», en el poema «Un lector» de su libro Elogio de la sombra, 1969) y me hace pensar que quizá yo tendré que leer más (se entiende, una lectura profunda y sosegada) y escribir menos…
Tarde de cine casero. Mariona Rebull (José Luis Sáenz de Heredia, 1947, a partir de las novelas de Ignacio Agustí Mariona Rebull y El viudo Ríus) Por lo que recordaba y por lo que he buscado en Internet, Agustí es uno de esos escritores que deberíamos haber leído los antifranquistas para comprender mejor la «lucha de clases».

Martes
Anoche murió Emma Cohen, actriz y escritora; pareja de Fernando Fernán Gómez. Me tocó intervenir en el homenaje que hizo Liber al actor y director y, en el reparto de funciones, charlar con él mientras esperábamos, en un reservado, el comienzo del acto. Pero tuve ocasión de mirar de cerca los bellos ojos (un poco tristes, como de mujer que no ha conseguido su total realización) de ella… Todo lo demás es pantalla y espectáculo. En uno de los homenajes que se le hicieron a él tras su muerte, Emma hizo un elogio apasionado de su pareja comprándolo con un león y eso me inspiró el final, solo el final, de una novelita que pensaba escribir («Augusto, Augusto») sobre un catedrático que culminaba su carrera haciendo que su joven «novia» hiciera un elogio público impresionante. Por cierto, el borrador nunca se terminó y las pocas notas que conservo acabarán supongo en «El hombre calmado».
Por la tarde, con Eva Liébana, viendo la posibilidad de publicar unos libros daneses para niños. Comentarios sobre las relaciones familiares[Np].
Mañana hablaré de los conciertos de Benny Golson.

Miércoles
Ayer con Ana Rodríguez y hoy con María Pilar Lorenzo. Excelentes los conciertos en la Sala Galileo Galilei por Benny Golson Quartet, formado para esta ocasión por el maestro Benny Golson, saxos; Pablo Gutiérrez, piano; Rubén Calés, contrabajo, y Noah Saye, batería. Golson, (Filadelfia, USA, 1929) es uno de grandes saxofonistas y compositores vivos y, a pesar de su avanzada edad, tiene una vitalidad y un dominio del escenario envidiables. Ana y María Pilar quedaron encantadas y yo… no digamos. Quiero poner aquí una de las fotos (de mala calidad técnica pero de mucho valor) que hice. En la segunda parte del concierto, llegaron mi hija Vera y su compañero Manu, a quien me ha presentado, que también estaban entusiasmados.

pabloBIS

Jueves
Una de las personas a las que sigo en la Red es el profesor Manuel Alfonseca Moreno (catedrático en la UAM hasta 2011 y hoy profesor honorario). Persona de ideología católica pero de gran formación científica, suele publicar artículos muy interesantes. Hoy lo he felicitado por el último que ha puesto en su blog, «Abuso del lenguaje científico»: «¡Muchas gracias por tan valiente y oportuno artículo! Tiene toda la razón al afirmar “la RAE […] se ha olvidado de su primer objetivo (limpiar el idioma)” y al denunciar, implícitamente, la excesiva anglofilia de la Academia. Y, por cierto, yo también mantengo la necesaria tilde en sólo.»
Creo que entiendo algo más de política que de cine. Si fuera así, podría tener más seguridad en mi juicio sobre la posición política de Isabel Coixet que sobre su trabajo como cineasta. Lo que conozco de este, reconocido y premiado nacional e internacionalmente, me parece bueno.. pero demasiado efectista. Así, por ejemplo, La vida secreta de las palabras. Sin embargo, en esta cinta hay una escena que he recogido para mi colección de escenas de amor. Al final de la película, cuando Josef (Tim Robins) le pide a Hanna (Sarah Polley) que se atreva a compartir sus vidas (marcadas trágicamente ambas), ella le dice que no cree que sea viable porque quizá un día, recordando su tragedia (que le contó a él en un momento de confidencias mutuas) llore tanto que anegue la habitación y que se ahoguen ambos. Pero él (que en aquel momento de confidencias mutuas le dijo que estaba marcado porque había estado a punto de ahogarse, cuando niño, y nunca había aprendido a nadar) responde, con total convicción: «¡Aprenderé a nadar, Hanna, te lo juro, aprenderé a nadar!» ¡Buen símil! El amor es ese sentimiento que nos permite aprender a nadar para sobrevivir al naufragio.

Viernes
Nueva matanza en Francia anoche. Un camión se lanza contra la multitud, que celebraba la Fiesta Nacional en el Paseo Marítimo de Niza. 84 muertos y muchos heridos en estado crítico. Y ahora mismo la TV y la radio están dando noticias de un golpe de estado en Turquía. Hace pocos días,matanza en Dallas. Y la guerra en Siria o en Irak sigue causando miles de muertos. Demasiada violencia; demasiada sangre inocente.

Sábado
Tuve un delicioso sueño esta noche. Mi hermano y yo, con edades indeterminadas, jugábamos, con un balón hecho de trapos que se deshacía con las patadas, al fútbol: él de portero y yo de goleador. Habíamos habilitado una portería en un rinconcito del patio (no puedo precisar si de Campamento o de Malmea*).
Según informa hoy el diario El Mundo, la imprenta Amity Printing (una factoría situada en Najing, sur de China, del tamaño de ocho campos de fútbol y 600 empleados) de la ONG Fundación Amity, con la colaboración del grupo protestante británico Sociedades Bíblicas Unidas, produce 18 millones de biblias al año. Durante la «Revolución Cultural» (1967/77) su iglesia fue confiscada y transformada en una imprenta para producir el Libro rojo de Mao, al tiempo que se quemaban las biblias que encontraron. Un episodio más de la «diabólica dialéctica» (Paulino García Moya dixit), en este caso de la «acumulación originaria de capital», que Marx estudió apasionadamente (creo que Wenceslao Roces traduce primitiva en vez de originaria). China, tras sacrificar en el altar de la Revolución a tres o cuatro generaciones, cuenta hoy con un capitalismo floreciente, a la cabeza del cual hay 60 o 70 millones de supermillonarios, que produce un espectacular desarrollo económico, repartido, como es lógico, de forma desigual y donde el mismo Partido único que prometió la felicidad del comunismo se emplea férreamente en controlar el Estado y a la ciudadanía.
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* Ambos barrios desaparecieron hace tiempo. Campamento (no confundir con el barrio del mismo nombre que está en el Alto de Extremadura) era un barrio muy pequeño, de casas bajas, situado entre el lado oeste de la Estación de Chamartín y lo que hoy es la calle de Agustín de Foxá. Malmea estaba al este de lo que hoy es el barrio de Virgen de Begoña y todas las casitas bajas fueron expropiadas hace 25 años (cuando ya se hablaba de la Operación Chamartín o Castallena Norte). Yo nací en el primero (en una casa que mis padres perdieron por no poder pagar la hipoteca) y nos mudamos al segúndo a principios de los 50.

Domingo
Comida reconfortante con Vera… Cierro la semana muy cansado (y agobiado por el calor y los problemas de la oficina) pero con ganas de seguir animado. Hice un borrador sobre la efemérides de mañana y mañana lo pondré aquí: a ver qué tal cae.

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