Dentro y fuera

En las primeras décadas de nuestra Transición, TVE emitía un programa infantil de marionetas y actores disfrazados desarrollado a partir de un famoso programa del estadounidense Jim Hensen, Sesame Street, que aquí se llamo Ábrete Sésamo y Barrio Sésamo. Gran éxito de crítica y público, y personajes que permanecen en la memoria de aquella generación: Espinete, la rana Gustavo, la gallina Caponata, Epi y Blas… Especialmente didácticos la pareja Epi y Blas, que enseñaban, con especial gracia, a los más pequeños conceptos básicos para comprender (y situarse correctamente en) el espacio: arriba y abajo, cerca y lejos, dentro y fuera…
Siguiendo la campaña de las recientes Elecciones en Andalucía he recuperado (¡maravilloso Internet, maravilloso Youtube!) el episodio donde Epi le propone a Blas (que está leyendo un libro donde se explica lo que significa dentro y fuera) hacer un juego en el que Blas leerá el libro y Epi practicará la entrada y la salida, utilizando la puerta del cuarto que comparten… El juego, muy breve, termina con una broma de Epi a Blas… pero deja muchas sugerencias para que los niños (¡y los adultos honrados!) sigan aprendiendo. En efecto, es muy importante saber qué es dentro y qué es fuera, cómo se entra y cómo se sale, quién (y en qué condiciones) tiene derecho a entrar o a salir, quién y con qué legitimidad tiene derecho a decidir quién puede entrar o quién debe ser obligado a salir…
Nuestros políticos deberían practicar ese juego, pero, como ya son mayorcitos, el libro sería la Constitución y la habitación a compartir, España. Intento convencer a mis conciudadanos con argumentos y sin promesas quiméricas, buscando la coincidencia de ideales e intereses: dentro; busco y excito sus frustraciones y su egoísmo, les hago promesas que sé que no podré cumplir: fuera. Me presento a las elecciones con un programa claro, legal y legítimo y acepto los resultados: dentro; rechazo los resultado obtenidos porque considero que merecía mucho más y lanzo una campaña contra el «fascismo», contra el franquismo renacido u otras mentiras: fuera. Juro cumplir y hacer cumplir la Constitución y cumplo mi juramento: dentro; me corrompo y utilizo los derechos y los recursos que me da el Estado para mi beneficio personal: fuera.
Por supuesto, he dicho «nuestros políticos» pensando en aquellos que tienen un mínimo de honradez. Descarto, por tanto, a los canallas que han montado la fábrica del odio, el guerracivilismo y la demagogia más grosera para hacer de la política su (muy lucrativo) negocio personal. En definitiva, antes que políticos son delincuentes peligrosos aunque hayan conseguido anteponer a su nombre el tratamiento de, por ejemplo, Molt Honorable o Doctor. A estos no merece la pena invitarlos a jugar a nada ni, por supuesto, a dialogar sobre nada; ante estos la única cosa a hacer es acumular fuerzas para llevarlos ante la Justicia para reciban su merecido.
Por otra parte, algunos de nuestros políticos prefieren jugar con otro libro, alguno de los manuales sobre asalto al Poder. Si soy un ambicioso-pero-poco-preparado profesor, enlace sindical o joven ocioso, estoy fuera; pero si consigo convencer a mucha gente menos preparada y más cabreada que yo de que la Casta es su enemigo principal y que debe ayudarme a mí, sacrificando lo que haga falta, para llegar al Poder, estoy dentro. Si una vez en el Poder consigo seguir engañando a los que me llevaron en volandas a él ya me puedo comportar como un nuevo rico y disfrutar de los privilegios de estar dentro; si no, puedo intentar vender un relato de victimismo y revancha, que me permita engañar a nuevos incautos, para mantener mi nuevo estatus de nuevo rico.

 

 

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4 respuestas a Dentro y fuera

  1. Gómez Yebra Antonio Agustín dijo:

    Creo que das en el clavo, sin machacar…
    Como miles de nosotros…

    Un abrazo,
    A.A.G.Y.

    • librosyabrazos dijo:

      Gracias, Antonio. Ciertamente, hay que controlar la irritación… pero sin dejar de luchar contra la injusticia. abrazos de Año Nuevo.

  2. Qué eficiente y bonito es este artículo. Nos hace recordar este espacio que, aunque estuviera dirigido a los pequeños, a veces y de soslayo, algo veíamos. ¡Qué observación más fina! Nunca se me hubiera ocurrido sacar esas conclusiones y, seguramente a otra mucha gente tampoco, que tú has observado.
    Muchas gracias.

    • librosyabrazos dijo:

      Gracias, Amelia. Es verdad que los programas para pequeños tienen mucho que enseñar también a los mayores. Y si nos centramos en los libros todavía se ve más claro esto.
      Abrazos y libros.

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